sábado, 15 de diciembre de 2012

Lumbalgia y ciática, diferencias y similitudes

La lumbalgia o lumbago, como se denomina de manera coloquial, es el dolor en la región lumbar de la columna, situada entre las costillas y los glúteos, compuesta por cinco vértebras lumbares con sus respectivas articulaciones, discos intervertebrales, ligamentos y musculatura.

La zona lumbar y la cervical son las más móviles de la columna y por ello las más susceptibles de sufrir sobrecargas y lesiones tanto del disco intervertebral, como de la línea interarticular así como de las raíces nerviosas de la zona.



Entre un 60%-80% de las personas van a sufrir un episodio de lumbalgia a lo largo de su vida. Dicha lumbalgia suele remitir en menos de 6 semanas, considerándose una lumbalgia aguda. Si la lumbalgia persiste más allá de este periodo, hablaremos de una lumbalgia crónica.

Cualquier lesión de la columna debe ser valorada en su conjunto: la parte ósea, la parte muscular y la parte ligamentosa. Las causas que producen la lumbalgia pueden ser clasificadas en:

1. Causas de origen mecánico, las más frecuentes. Son aquellas que producen una alteración en la biomecánica y estática de las estructuras que componen la columna. Pueden afectar a la musculatura (debilidad o distensión) produciendo espasmos en la misma, a los discos intervertebrales (hernia discal, degeneración), o a las vértebras (artrosis interarticular, osteoporosis, bloqueo sacroiliaco). Todas estas causas hacen que la biomecánica se vea alterada y se produzca una sobresolicitación y sobrecarga de las estructuras de la zona.

2. Causas de origen inflamatorio, tienen su origen en patologías que producen inflamación en las estructuras de la columna vertebral. Una de las más conocidas es la espondilitis anquilosante.
El sedentarismo, las malas posturas y gestos repetitivos tanto deportivos como laborales, pueden ser el origen de muchas lumbalgias.

El dolor de origen mecánico aumentará al estar mucho tiempo de pie o en posturas algo forzadas y disminuirá al tumbarnos. El de origen inflamatorio por el contrario, disminuirá con la actividad y aumentará en los periodos de descanso, imposibilitando el descanso nocturno.

Cuando por cualquiera de las causas expuestas, las raíces nerviosas del nervio ciático, que tienen su salida entre la quinta lumbar y la primera vértebra sacra, se ven comprometidas o presionadas, en la mayoría de los casos por la existencia de una hernia lumbar, la lumbalgia se irradiará por el glúteo y el borde externo de la pierna pudiendo llegar hasta el talón, convirtiéndose en una lumbociática. Aparecerá dolor en la parte baja de la espalda que puede variar desde leve a una fuerte sensación de quemazón. Debilidad muscular de la musculatura de la pierna, hormigueos y sensación de acorchamiento. En los casos más graves pérdida del reflejo patelar e incontinencia urinaria y/o disfunción sexual.

Cuando el nervio ciático es comprimido por un aumento de tensión del músculo piramidal o de fibras del glúteo hablamos de una Pseudociática o falsa ciática. Se produce una sintomatología similar a la lumbociática, aunque mucho menos grave, y no suele bajar por la pierna permaneciendo el dolor en la zona glútea. La fuerza y los reflejos osteotendinosos estarán conservados.

El tratamiento será reposo, no más de tres días, a partir de los cuales se iniciará la vuelta a la actividad de manera progresiva. Tratamiento farmacológico con analgésico simples, antinflamatorios no esteroideos y en ocasiones relajantes musculares.

Sólo en los casos más graves de lumbociática, la cirugía puede ser la solución adecuada: hernias lumbares con un fuerte compromiso de las raíces nerviosas, espondilolistesis muy graves que precisen de fijación (poco frecuente) o artrosis muy invalidantes con compromiso radicular.

Y por supuesto Fisioterapia: Calor local, masajes con suaves movilizaciones, estiramientos, ultrasonidos y corrientes analgésicas para la fase más aguda. Pasado este momento, el ejercicio pautado y supervisado para reponernos y, más tarde, como prevención para evitar nuevos episodios. Practicar trabajo postural como Pilates serán imprescindibles para tonificar la faja abdominal, responsable de estabilizar y proteger la columna lumbar, y para flexibilizar la columna vertebral. Además aprender a manejarnos en las actividades de la vida diaria manteniendo una correcta alineación y colocación de todas nuestras articulaciones, es imprescindible para evitar lesiones por posturas incorrectas.

Otras modalidades de ejercicio como la natación también serán una opción válida, siempre que se realicen de la manera adecuada.

Fuente: alfisio