domingo, 23 de diciembre de 2012

Contractura muscular: dolor de espalda seguro

Cuantas veces hemos escuchado: tengo una contractura muscular. Y cuantas hemos tenido esa sensación de "nudo" en nuestros músculos, que nos provocaba un dolor intenso, como una quemazón y que nos limitaba el movimiento y nos impedía mantenernos, sujetarnos.

Cuando sometemos a un músculo o grupo muscular a un esfuerzo superior al que puede realizar, como una contracción mantenida durante un largo periodo de tiempo (sentado frente al ordenador) o bien a una contracción intensa y brusca (coger un gran peso), éste responde acortándose de manera permanente e involuntaria. Si el músculo llega a la fatiga, y no tiene tiempo entre contracción y contracción muscular para relajarse, aparecen primero los temblores y luego la contractura muscular.

A la larga, la contractura produce dolor porque irrita y activa los nervios que pasan por el músculo. Además comprime las arterias y capilares que le irrigan, produciendo un disminución de oxigenación y aporte de nutrientes que aumentan la contractura y el dolor.

Los síntomas de una contractura muscular son:
  • Tono muscular aumentado.
  • Acortamiento del músculo.
  • Disminución del metabolismo.
  • Minimización de la capacidad de rendimiento.
  • Dolor a la presión y/o a la tensión por contracción.
  • Inflamación de la zona afectada.
Las causas:
  • Sobrecarga por esfuerzo excesivo.
  • Por tensión isométrica en el mantenimiento de una postura inadecuada.
  • Tensión psicológica: estrés, miedo, nerviosismo, ansiedad, etc.
Si la contractura no es tratada, terminará fibrosándose y cronificándose y, a la larga, producirá desequilibrios musculares que afectarán  a las articulaciones, pudiendo desencadenar problemas más importantes como hernias discales, artrosis, artritis, tendinitis, etc.
Para prevenir:
  • Calentar la musculatura antes de los esfuerzos y entrenamientos.
  • Trabajar de manera progresiva la adaptación a las cargas.
  • Estirar antes y después del ejercicio, realizando una vuelta a la calma.
  • Trabajar la flexibilidad y la tonificación de la musculatura.
  • Cambiar de postura de manera frecuente y realizar algún estiramiento cuando estamos en posiciones mantenidas, como frente al ordenador.
Imprescindible acudir a un especialista ante los primeros síntomas de contractura muscular. En las primeras fases, el dolor suele desaparecer, pero no así la contractura en ciertas fibras musculares, repitiéndose de manera cíclica los síntomas. Masaje, movilización, estiramientos y termoterapia son algunas de las herramientas para combatir las contracturas.

Fuente: alfisio