En la espalda, donde el rodillo recorre todo el cuerpo desde los talones a los hombros, se usa el bambú más grueso para ejercer una presión homogénea.
En el abdomen se utilizan varillas medianas para ejercer una presión más suave, y en la cara sólo se utilizan las varas de bambú más finas para activar la circulación sanguínea.
En primer lugar untamos el cuerpo de aceites esenciales (lavanda, romero, naranja) para su efecto relajante y tranquilizante.
Después pasamos los cilindros de bambú por todo el cuerpo ejerciendo presión por rodamiento y deslizamiento. Las cañas de Bambú trabajan sobre la linfa, eliminan toxinas y ayudan a nuestro sistema inmunológico.
Esta técnica produce una influencia directa sobre la libre circulación de los fluidos, favoreciendo así el drenaje y la regeneración de los tejidos.
Como paso final, se envuelve el cuerpo en un sabana o toallas tibias, durante diez minutos, para favorecer totalmente la relajación.
Los beneficios a todos los niveles:
- Desbloquearán los trastornos bio-energéticos, dejando fluir la energía.
- Relajación física, derivando a un estado mental agradable y placentero.
- Mejora la circulación linfática.
- Eliminación de toxinas.
- Elasticidad de la piel.
- Ayuda a reducir la celulitis, mediante el drenaje adiposo.
Se debe realizar siempre por un masajista profesional, para evitar posibles lesiones. Siendo su procedencia oriental, concretamente china, hace años que se realiza en Occidente, teniendo muy buena acogida y resultados muy beneficiosos.
